Ausencia de empatía

Pasaron las elecciones europeas y, alta abstención aparte, por toda la UE se ha puesto el personal al análisis minucioso de cómo ha votado su país, su región, su ciudad y hasta su barrio o calle; es decir, reducimos hasta lo imposible un fenómeno que debería ser extenso. En lugar de buscar los elementos sociales comunes, nos complacemos en encontrar las diferencias. En nuestra provincia, como en tantas otras, lo más común es diferenciar por municipios: parece, por lo visto, que el asunto tiene mucho morbo. Nuestra villa marinera es lugar en el que, por unos pocos votos, los socialistas se impusieron al PP, contrariando el resultado nacional.

Tocó sesión plenaria ayer en el consistorio y nuevamente el fascismo impidió una declaración institucional que apoyaba los movimientos LGTBI, seguramente para dejarnos claro que ahí están y para que constatemos la deriva de los populares hacia los predicamentos ultras, al votar en contra del manifiesto junto con la concejala y diputada regional más allá de la ultraderecha y el concejal tránsfuga. Lo resumió muy bien el PSOE local: «Es un día tristemente histórico porque es la primera vez que no se aprueba la declaración institucional para reivindicar y garantizar los derechos LGTBI». Así es el modo en el que trascurre nuestra pequeña historia en un ayuntamiento con un equipo de mando extraño que se empeña día a día en mostrarnos que, salvo el ansia de gobernar, hay unas cuantas cosas que los desunen. Y lo hacen quizás para que nos percatemos todos los gijoneses de las cosas variadas que los separan, no nos vayamos a olvidarlo y nos confundamos como si fueran un gobierno local serio.

Un pleno en el que hasta hubo reproche de la concejala podemita, Olaya Suárez, sobre los actos militares locales con motivo de la celebración asturiana del Día de las FF. AA. Bien capeada por el forista Jorge González Palacios, momento de la reunión al que no se pudo reprimir con una breve intervención la cirujana presidenta de la asamblea para recordar que las formas protocolarias de la jura de bandera fueron del ministerio no de su ayuntamiento.

Se ha destinado algún milloncejo de euros para la imposible «renaturalización» del río Piles por donde Las Mestas. Hay afectados: los piragüistas del Grupo Covadonga que me los mandan al puerto deportivo. Pues hay unos cuantos que protestan y alzan su voz por el peligro que para los palistas representa el tráfico de embarcaciones de todo tipo que frecuentan aquellas aguas. El caso es elevar quejas y mirar sólo para lo de uno mismo y olvidarnos de los demás. En este caso, nadie habla de poner más cuidado. Así somos de poco empáticos y bastante egoístas.