Begoña animal

Ayer fue el día en el que las masas expectantes acudieron como en riadas humanas desde los diferentes barrios que componen nuestra festera villa marinera hacia la playa para ocuparla y contemplar los fuegos artificiales. Miles de personas extasiadas ante los colorines y miles de animales espantados por el ruido de las tremendas explosiones, para disgusto de sus dueños. Nunca llueve a gusto de todos, es una ley universal y donde unos ganan en disfrute, otros pierden en tranquilidad. Es ley de la convivencia. Dentro de los animales de compañía, hay ciudades en las que abundan más o menos. Gijón es de las que más y por ello, es concejo en el que se dan pérdidas y abandonos en cantidades considerables. En tiempos de la alcaldesa Fernández Felgueroso se puso en marcha el albergue de Serín que ahora parece resentirse del paso del tiempo. Toca ahora acometer el problema y poner en condiciones las actuales instalaciones, así como acometer su ampliación y mejorar los servicios que se proporcionan a los animales que han tenido la mala suerte de perderse o, peor, de ser abandonados. Las cada vez más abundantes situaciones de soledad son suplidas por muchos ciudadanos acercando a su lado, por lo común, un perro o un gato en los que se deposita en la mayoría de los casos un inmenso cariño: por eso el consistorio ha de cuidar también este aspecto de la cuestión, no ya tan sólo por el adecuado trato que merecen los animales como seres sintientes que son, sino por el bienestar de sus compañeros humanos.

Muchas son las asociaciones o fundaciones protectoras que se ocupan de difundir los casos de pérdidas y abandonos a la búsqueda de dueños atribulados o de proporcionar a los peludos familias de adopción que los saquen de las perreras, es decir, trabajan desinteresadamente para suplir allí donde no llegan las administraciones locales. Nuestra villa y concejo no es una de las peores en este sentido, pero son muchas las carencias todavía. En el reparto de funciones del tripartito municipal, le ha tocado a los populares la encomienda de la gestión del bienestar animal que en su programa llevaba el ambicioso proyecto de construir un nuevo centro con mayor capacidad y nuevos servicios. Mientras tanto se cumple esta propuesta electoralista, no debe pasar ni un solo día más en que no se acometa la reparación y puesta en condiciones del centro de Serín que, como ha quedado dicho, da muestras de fatiga y serio deterioro. A ver si se nota el cambio prometido en este aspecto que la anterior administración despreció olímpicamente. Las buenas gestiones se notan en todos los aspectos de los cometidos municipales: nuestros animales merecen mejor trato.