Teoría y práctica

A estas alturas del mandato municipal, ya está claro que a nuestra interesante villa marinera le ha tocado un mandato negro. Muchas de las cosas que hace la municipalidad gobernante, si no fuera porque los asuntos del común, cuando tienen intención de ser actuación seria para mejor convivencia y ordenamiento social y no divertida astracanada, serían para partirse de risa. Tampoco son cosa de risa los apuros de los mandatarios al comprobar cómo se les tuercen las diversas operaciones que se ponen en marcha. Dan mucha pena, porque su cadena de fracasos son también los nuestros: por eso andan flojos los ánimos colectivos. Esta ciudad ha venido estando acostumbrada a volver su mirada hacia el Ayuntamiento, como institución más fuerte de la localidad, en cuanto algo se tuerce. Es la consecuencia de ese cierto aire cantonalista –y reconozcamos que algo fanfarrón– que fuimos adquiriendo desde el XIX y consolidamos en el XX, al sentirnos la locomotora de la provincia. Y si al mirar hacia el puesto de conducción de la locomotora observamos que estamos en manos de quien no tiene el suficiente oficio, es lógico que nos entre el desánimo. Menos mal que todo tiene arreglo y que cada cuatro años la ciudadanía tiene en sus manos la oportunidad de remozar sus equipos de mando.

Las enfermedades se nos manifiestan en sus síntomas y para apreciar lo que nos pasa es bueno tomar algún ejemplo: veamos el borde marítimo de San Lorenzo, ahí en donde la villa ya no puede ir más allá, porque no es cosa de rellenar hasta llegar a las costas de Inglaterra. El caso es que la pasada semana, apareció en danza la secretaria municipal para avisar que hace años, cuando se hizo el plan del Muro, no era necesario que al expediente se le añadiese un trámite imprescindible, pero que hoy en día, cambio legal mediante, es imperativo que entre el papeleo figure una memoria económica. Naturalmente, en este caso no existe. Confeccionarla llevará su tiempo. Entre ponte ahí y estate quieto, habrán pasado las elecciones. Será por tanto la próxima Corporación quien remate el plan del Muro, bendita sea su pureza administrativa. La dura dama de Carbayonia ya ha colocado al ocupante comunista del sidecar de su motocicleta en su sitio y en plena marcha, bien que la velocidad de crucero del binomio es la del caracol. Y esperemos que sea la formación política que ahora lleva el mando quien lo siga haciendo porque, de llegar otros, querrán tener su propio plan y vuelta a empezar. A esto ha llevado la frivolidad dolosa del concejal Aurelio, uno que pretendió ser rápido y terminó metido de hoz y coz en un fangal. Se recomienda paciencia.

El que busca, encuentra

Es muy comprensible que el concejal sidecar, comunista infiltrado en el grupo de mando socialista, esté molesto por la decisión judicial de restituir la doble dirección de circulación en el Muro. Tan contrariado que no está dispuesto a dejar las cosas como estaban y hasta se niega a borrar del pavimento los cuadrados de apagados colores que le otorgaron el apelativo de “cascayu” a la actuación. No, las cosas no van a quedar como estaban antes de meter su pezuñita en tan importante vial de la ciudad: va a dejar la cosa mucho más fea, para que aprendamos los ciudadanos lo que es un comunista enfadado con la mayoría de la población. Si por él fuera nos desterraba a los Monegros para que aprendiéramos, pero afortunadamente las cosas no funcionan así por estos lares. Para desesperación de la dolorida dama de Carbayonia, para cuando lleguen las elecciones, el “solarón” seguirá como está y en el Muro quedarán las marcas del fantasioso concejal que atrajo hacia sí para que la ayudase porque no encontraba mentes lo suficientemente lúcidas en su grupo municipal para las delicadas misiones que le encargó. Parece que la pobre no acertó y la pretendida mente lúcida resultó un tarugo político de marca mayor.

La primera autoridad proclama a quien la quiera escuchar que ella repetirá candidatura pese a quien le pese. Que repita ocupación, de continuar como candidata, está por ver porque el electorado, por el momento, no aparenta estar muy predispuesto a repetir el encargo. Habrá que recordarle a la atribulada mujer que nuestro régimen democrático no es de partido único y que los votantes venden caras sus papeletas, bien porque hayan sido engatusados por alguna de las múltiples promesas populistas o por enfado con las obras realizadas. De la primera clase hay mucho, como decimos; y de la segunda hay demasiados malos ejemplos como se ve y se oye en los medios de comunicación. Sí, cierto, es una pena, pero se trata de una realidad incontestable.

Este domingo quedó demostrado en Andalucía que el PP se llevó los votos de Ciudadanos y una parte importante del PSOE. Sí, las siglas del partido de la derecha eran tan pequeñas que casi ni se adivinaban en afiches y carteles y, a cambio, aparecía un Juanma como una catedral. ¿En dónde tenemos aquí un “Juanma” que encandile al electorado? No lo hay: por ese lado la cuestión está nivelada. Y a eso dedican sus afanes los directivos socialdemócratas locales: la búsqueda de mirlos blancos, como cuando sus antecesores encontraron en el 87 en un despacho de Madrid a Tini Areces. Hoy día están muy preocupados y ahí los tenemos dedicados a la búsqueda, concentrados y sin desmayo alguno.

Treinta y cinco semanitas

No logró juntar el otro día a más de cien asistentes la peculiar alcaldesa de Santander, Gema Igual, para presentar su feria taurina de Santiago en el coso de Cuatro Caminos de la capital montañesa, ella, que es políticamente impresentable, pretendió meter el dedo en el ojo de la Corporación gijonesa. Ni sus conmilitones del PP local dieron la cara. Acabamos de poner peculiar por no detenernos demasiado en las condiciones mentales con que el destino ha desfavorecido a esta persona. Tiene la ciudad de la que es responsable hecha un cisco y se permite el lujo de hacer giras de propaganda del sangriento y cruel espectáculo taurino. La convocatoria fue, naturalmente, un fracaso, pero a ella le dará lo mismo, porque esta interfecta normalmente no se entera de la fiesta. Llegó a nuestra villa marinera como misionera mormona de la religión de la tortura animal. Y, como llegó, se fue y los demás a lo suyo, y aquí no ha pasado nada.

Ha llegado el bonito y viene bien al decir de los expertos. Habrá que hacer pronto la prueba e inaugurar la temporada para cumplir como es debido con el rito cantábrico de cada año. Lo ideal es hacerlo en buena compañía, persona o personas a las que apreciemos y sepan también gozar de la excelencia de nuestro pescado veraniego por excelencia en cualquiera de sus formas de preparación, desde la sencilla plancha al más elaborado rollo.

Y poco después del bonito, llega el gran festival de la Semana Negra en su XXXV edición, desde aquella primera del Musel en 1988. Han cambiado los tiempos, pero siguen viniendo los autores y se elevarán las carpas para los encuentros y las exposiciones. Aparecerán periodistas para hacer su trabajo y seguramente pasará por aquí algún concejal de quién sabe qué municipio para organizar otro encuentro del policiaco en su pueblo el año que viene, como lo han venido haciendo los últimos años en otras ciudades y villas de España: algún escritor logra convencer al consistorio de su localidad y monta, más grande o más pequeño su festival negro; pero el original está aquí, en Gijón, cuando entre media docena de personas se cocieron unas cuantas iniciativas y les dieron un primer impulso que otros equipos han ido continuando dentro y fuera de las administraciones, pero siempre bajo su manto. Para que la planta prospere y luzca ha de haber una mano que la abone y la riegue. Lamentablemente ha habido unos años en los que el abono y el riego han disminuido o esas tareas se realizan con desgana. Así ni prosperan las ciudades ni se animan sus ciudadanos.

La soledad de la dama

No hay cosa más triste que pararte en media carrera, mirar a tu alrededor y encontrarte en soledad. Creer que contabas con un nutrido grupo a tus espaldas y descubrir que no hay ni cuatro gatos. Así que el acercamiento de la mustia dama de Carbayonia al hombrín de Laviana que ocupa el apartamento de Suárez de la Riva no es por amor sobrevenido. Es porque se ha dado cuenta de que no tiene amigos en la directiva política local ni en la FSA y necesita alguna clase de apoyo: ha apostado por la FSA porque sabe que en Argandona no goza de fervor alguno, más bien lo contrario. Se pasó más de medio mandato diciendo que contaba con un equipo mediocre de concejales e incluso los despreciaba. Tanto maltrató y despreció que ahora no sabe en quién apoyarse, así que las “luisinas” y las “adrianas” le han recomendado un poco de penitencia y que se integre en el teatrillo de guiñol donde el mando de la provincia juega el rol de amado líder con desigual fortuna, aunque él se crea que lo interpreta chipén: ya que como a la fuerza ahorcan, a atecharse bajo su paraguas y agarrarse de su brazo. Se ve la mujer tan mal querida que saca a ventilar los estatutos de su formación para recordar urbi et orbi que en ellos figura que el alcalde en ejercicio tiene derecho al reenganche como candidato sin primarias ni elecciones que valgan. Lo que los estatutos no contemplan es cómo completar el resto de la candidatura en la que no tiene cuchara que meter. Ella no es boba y sabe que no es una alcaldesa querida por la ciudadanía y necesita de su agrupación para que le hagan la campaña. Como a los directivos tampoco les falta inteligencia, saben que no van a montar una guerra y que deben actuar mediante el convencimiento. Y en esas estamos.

Otro que ha debido tragarse su orgullo es Aurelio Martín, el concejal sidecar comunista: le ha venido Su Señoría a decir que fuera con el infame “cascayu” del Muro. Consignados los 48.000€por la asociación promotora del pleito en el juzgado correspondiente, la sentencia ha de ejecutarse con la debida y obligada diligencia. Por cierto, niños, no se insulta a los concejales en ningún caso, aunque sean unos tarugos de los que toman decisiones que nos provocan severas molestias. Dice a este respecto Aurelín que está hasta las narices de insultos, tiene razón, pero que aproveche para reflexionar e imaginar hasta dónde nos tiene a miles de ciudadanos con sus decisiones. Porque para jugar a ser un Lenin de bolsillo, lo primero es colocarse una gruesa y resistente piel de saurio.

Huellas

Cuando alguien expresó una idea genial y nos imbuyó en una nueva forma de enfocar la cantidad de carbono que dejamos en la atmósfera cada uno de nosotros o nuestras ciudades, medios de transporte, factorías, comercios y centros comerciales y así hasta todo lo que deseemos estudiar, puso sobre la mesa un interesante concepto. Ahorrar energía al no poner el “OK” en los mensajes de Whatsapp, según la eminente ingeniera informática y climatóloga llegada de Carbayonia, se nos mete a maestra ciruela y se nos descuelga con explicarnos unas cositas sobre la huella de carbono. Alguien cercano leyó el libro de un profesor británico y se emborrachó de números. De ahí a lo de que suprimamos el “OK” en nuestros mensajes va un trecho que es necesario dejar en un veremos. Lo que nadie le puede reprochar es falta de atrevimiento para predicar de lo que sea necesario a partir de un somero apunte soplado al oído de pasada. Hace el ridículo la primera autoridad y la “marca” Gijón se resiente. Como no vamos a salir lanza en ristre como el hombre blanco del Colón a defender la propaganda turística, aquí lo dejamos y a la delicada flor de pitiminí sumida en sus propias ignorancias. Ahora que alguien se lo arregle.

Tras años de una impúdica dejadez, los poderes consistoriales decidieron acometer el arreglo del parque de Isabel la Católica. Arreglan vallados, alambradas, pajareras y palomares y hasta, dicen, acometerán el dragado de los estanques. Ya era hora. Y con cada prueba superada se nos informa también del precio de la obra. Si se mantuviera como es debido, las cantidades proclamadas serían ostensiblemente menores. Una revisión y mantenimiento anual y otra mayor, pongamos, cada diez años es probable que nos saldría más barato. Pero bien está que de una vez se metan en faena y devuelvan al Parque, dicho así y con mayúscula por ser el primero de la ciudad, parte del esplendor que se merece.

P. S. Pierde la Radio a uno de sus referentes en la localidad. Se nos ha ido Casimiro Álvarez, el locutor de Radio Gijón EAJ 34. Su voz fue inconfundible y, como tantos profesionales de aquellos años en una radio de provincia tocó todos los instrumentos de la radiodifusión; actor, presentador de programas cara al público de variedades, concursos, lectura de noticiarios, intervenciones para la cadena a través de toda España… Como en el momento de su fallecimiento Casimiro tenía la provecta edad de 97 años, hace unos cuantos de su jubilación. Fue un gran profesional que nunca perdió su sonrisa, su sentido del humor. Descanse en paz.