Operación opaca

A los que tenemos cierta edad nos parece que fue ayer, pero van a cumplirse 21 años desde que Juan Arango, por entonces presidente vicario del Sporting por cuenta de Pepe Fernández, el dueño del paquete más grande de acciones del Real Sporting de Gijón, le espetó a la entonces alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, el famoso “véndovos Mareo”. Y se vendió. Pasaron a ser los terrenos de la escuela de fútbol rojiblanca municipales y el Sporting se convirtió en inquilino, al igual que lo es de El Molinón. Podemos decir que el primer equipo de fútbol local lo es porque lo soporta el Ayuntamiento de esta deportiva villa marinera.

La entidad arrastra una escasez presupuestaria endémica: siempre hay alguna causa, aunque últimamente, su tesorería no está en situación tan agobiante como en otras ocasiones. Ahora, entre otras cosas, pretende rescatar la propiedad de la finca y el Consistorio, siempre complaciente, se muestra dispuesto y tira del correspondiente contrato en el que dice que el precio del rescate supera los doce millones de euros. Los Fdez. dueños de la S. A. D. ya dijeron que de eso nada, que son nueve los millones a poner porque han hecho mejoras en la propiedad. Es como si el inquilino de una vivienda pretendiera una bajada de la renta porque ha pintado sus puertas.

Sabe perfectamente Javier Fernández que la operación no sale adelante. Entonces, ¿por qué lo hace? Pretende poner en aquellos terrenos una clínica dedicada al tratamiento de deportistas, cirugías incluidas, para lo que lógicamente precisan de autorización municipal… y pretendidamente gratuita para lo que a buen seguro argumentarán que eso es una mejora de las instalaciones y un bien para la ciudad. Siempre fueron estos señores rápidos y listos para los negocios. La idea de la clínica no es mala, todo lo contrario, es bastante buena; pero a cada cual lo que le corresponde. Si no fuera porque la familia propietaria, bien representados sus intereses por el actual presidente, el ingeniero caminero Javier Fernández, hijo del patriarca, Pepe Fernández, tiene una larga trayectoria conocida por algunos recelosos munícipes, la operación podría ir como la seda. Mas en las circunstancias actuales va a ser difícil que se consiga tamaña “hazaña”.

La gentil dama de Carbayonia no siente la ciudad como es debido y mira al Sporting como podría mirar al Getafe, con simpatía, pero sin pasión de ninguna clase. No así el concejal para los Deportes, “Mon” Tuero, de muy contrastado sportinguismo. Tenemos, así, una buena idea de que no se va a poner la pasta sobre la mesa.