No era esto

Tras la votación por la que los presupuestos municipales de 2022 quedaron aprobados, lo que no deja de ser positivo, queda el regusto amargo que lo haya sido a costa de que la facción minoritaria de la coalición gobernante en el Consistorio se saliera con la suya. Se ha demostrado que los socialistas no gobiernan la ciudad, que son figurones en las manos pecadoras de una facción minoritaria que solamente tiene un concejal en el Ayuntamiento.

A la ninguneada dama de Carbayonia le ha salido más que rana la apuesta que hizo por el único concejal de IU en el plenario, con evidente desprecio de sus propios compañeros; ahí tiene el resultado: el sidecar que enganchó a la moto socialista la ha traicionado flagrantemente a la vista de todos y con el recochineo de que para ello ha utilizado al Podemos local con su corrientita. La humillación es doble por lo tanto y es difícil que una persona, con un grado de soberbia política como la primera autoridad, que trague sin hacer nada antes del fin del mandato: probablemente este no finalice con la actual coalición vigente y, aunque ya no importe nada, habrá que ver la campaña electoral en que ambas formaciones se tiren sonoramente los trastos a la cabeza.

Para la ciudadanía más centrada, estos presupuestos son una cruz más que añadir a la ya larga lista de desaires a los que han venido siendo sometidos sus integrantes. Ni la directiva local de los socialistas ni su grupo municipal ni mucho menos la Alcaldesa demuestran saber por dónde van los tiros de su electorado. Sí, es cierto, los antecesores de la ovetense pactaron en ocasiones con los comunistas de IU, pero nadie se acuerda, porque aquellas concesiones políticas no tuvieron repercusión alguna ni impacto reseñable en el electorado, que se movió por otros impulsos.

Y los abstencionistas de Podemos que tanto presumen y tan miserables se muestran, no son capaces de votar que “sí”. Como con su abstención era suficiente, lo hicieron. Son cicateros y se han quedado viejunos: ellos no se “contaminan” dando un “sí” claro a los socialistas y simplemente no dicen ni que “sí” ni que “no”, pero presumen de que estos presupuestos municipales son de izquierdas porque llevan su sello.

Aquí no asistimos al arte de lo posible, se trata del pozo de la vergüenza para todos. Ante este panorama, un votante de la izquierda con un mínimo de conocimiento y conciencia tiene que sentirse abochornado. Por estribor les da igual: sacarán la cantinela del presupuesto socialcomunista y se quedarán tan panchos. Hasta en este aspecto han demostrado su escaso pesquis político los de La Argandona y la primera mandataria local.

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