Ganas de repetir mandato

Sumido en mínima mismidad, el PP gijonés no se atreve a quitar de en medio a su portavoz municipal que les molesta y desagrada sobremanera. Temen sus directivos, y también los regionales de Teresa Mallada, a un escándalo que les reste electoralmente posibilidades. Acabante de pasar la mitad del mandato, qué más les dará. Si se deshacen ahora del fiasco de López Asenjo, para cuando lleguen las elecciones ya estará todo olvidado y enterrado: no hay peor enemigo que el miedo propio. Allá ellos. Tendrán el futuro que se hayan buscado y esa tan ansiada vuelta a los tiempos mejores se irá alejando en la misma medida que mantengan el actual “status quo” con el que nadie se siente cómodo y que desanima tanto a la dirección local como a la ya escasa militancia local popular.

Mientras, a los mandamases no se les presenta tampoco un futuro brillante con las estaciones en el aire y sin visos de aterrizar en parte alguna, vista la nula atención que la recién llegada ministra del ramo pone al asunto. Cuando por fin la exquisita y fina dama de Carbayonia había conseguido que el anterior y defenestrado ministro se apercibiera de en dónde estaba Gijón, ciudad diferente de aquella más afín a su comunidad, famosa por el turrón, y que la tal ciudad norteña andaba mendigando una estación intermodal, llega esta otra ciudadana a la cúpula ministerial de las infraestructuras y vuelta a empezar la tarea y las visitas a Nuevos Ministerios y a las también madrileñas cuevas del Adif. Así que la primera autoridad local –que tan inopinadamente ha anunciado sin encomendarse a dios ni al diablo sus deseos de repetir otros cuatro años en la poltrona– no tendrá nada que ofrecer a su virtual clientela en este aspecto ferroviario y autobusero, salvo más de los mismo.

Claro que para repetir como alcaldesa hay que obtener la preferencia del electorado y una cosecha de votos que le permita, al menos, encabezar una coalición. Casi todo el mundo está de acuerdo, a estas alturas, que el próximo ayuntamiento, el que salga de las elecciones del 2023, estará un poco más aligerado de formaciones y que no habrá que hacer tantos equilibrios para asentar a los grupos municipales en el salón plenario. Ver veremos.

De momento, tocan ordenanzas fiscales que den paso a unos presupuestos ya que ahora estamos instalados en una prórroga de los procedentes de 2020. Ya que parece decidido que el coso del Bibio tenga nuevos usos, bien estaría, entre otras cosas para evitar futuras tentaciones, presupuestar la adecuación de las instalaciones auxiliares para esos nuevos usos. Sería una buena medida, por una vez actuar con la debida diligencia.

Deja un comentario