Inocentes paseos con foto

Llega Mallada la del PP a esta villa marinera ansiosa de emociones, como fuego colorado, y se da un garbeo por ahí con Pili Pardo, aquella que tan nefastamente mandó en el PP de Gijón hace unos años. Como lo hacen con foto y por el Parchís, todo muy discreto ello, y la misma lideresa regional popular le enseñó la puerta al actual presidente local, Mariano Marín, si se arma un revuelo, no es de extrañar. Las aguas que corren por el PP, y especialmente por el de Gijón, son muy turbias y, de momento si no cambian el paso, se les presenta el panorama del favor electoral muy cuesta arriba.

Cargarse a Mariano Marín es como cambiar de entrenador un equipo de fútbol. Los escasos representantes populares en el Consistorio van cada uno por su cuenta. Todo lo que no sea retirar de la primera línea al actual e inefable portavoz del grupo y poner a alguien más bregado en las cuestiones tanto edilicias como representativas, o sea, una Ángeles F.-Ahuja, será continuar con la marcha atrás puesta.

Cierto que políticamente Marín no la hinca, pero L.-Asenjo está perdido en combate. Estas múltiples debilidades de los populares gijoneses proporcionan esperanzas a las exangües huestes de Ciudadanos que ven bajar sus intenciones de voto en el panorama general, pero que confían sostener la posición en el ayuntamiento gijonés.

Todo este lío por estribor, con los de Podemos sumidos en su guerra entre los corrientistas y los demás por babor, hace que la gentil dama de Carbayonia, alcaldesa legítima y legal de la localidad, con su caterva de especialistas en casi nada detrás, por supuesto ausentes de cualquier sentido político o de gestión, se las prometan ligeramente felices y se vean con posibilidades de renovarse en el poder cuando toque renovar mandato. Pero queda más de la mitad de la carrera y por el medio quedan muchas cosas por suceder, la menor de las cuales es lo que haya de pasar por la pandemia y como anden los ánimos.

Nada hay en marcha, ni tan siquiera en proyecto, capaz de ilusionar a los gijoneses, como lo hubo en los últimos ochenta y los noventa del pasado siglo y así, con esta falta de incentivos, el personal seguirá cada uno por su lado y los votos irán repartidos como el confeti en una batalla de flores, repartido y sin una entidad política que aúne voluntades en alguna dirección. Está visto que la Alcaldesa importada no ha logrado tomarle el pulso a la villa y su concejo por lo que sigue incapacitada para proponer dirección alguna en la que marchar. En definitiva, miremos hacia donde lo hagamos, no se encuentra liderazgo alguno.

Deja un comentario