Ji ji ji jo jo Jot y pum

Con esto de las medidas sanitarias por la pandemia, el presidente Barbón no pierde la ocasión de colocarse en el primer plano y comparecer como un valiente para comunicar las malas noticias. Visto lo cual, si la FSA, la sucursal socialista asturiana, tuviera un mínimo de lucidez ya estaría buscando candidato para encabezar su lista regional para las próximas elecciones autonómicas, porque el actual mandatario está achicharrado, claro que como el mandamás lavianés lo es también de ese órgano político y el resto son en su gran mayoría un grupo de inertes pelotilleros, es difícil que muestren un mínimo arrojo y persistan en colocar en cabeza al mismo Adrián Barbón: tendrán garantizado el bofetón electoral y es una pena.

Si pintan bastos para los socialistas en la provincia, no lo hacen mejor en esta villa marinera. La insensata gentil dama de Carbayonia hacer no hará mucho, pero no pierde oportunidad para ponerse la primera en la foto con o sin mascarilla, por lo que se le augura un futuro tan negro como a su no tan querido presidente regional.

La última patada que ha recibido la estructura municipal de gobierno ha venido por un artículo publicado en una minoritaria revista de tono cultural. Permitieron que una periodista de ese medio se empotrara hasta la cocina en la organización del certamen local de cine y a la mujer le salió una pieza demoledora. Nada del otro mundo: si se cuentan crudamente las interioridades de cualquier organización, aunque fuera de una congregación de monjitas, leeríamos verdaderas miserias humanas, porque así somos los componentes de esta especie. Por eso, desde los tiempos de los tiempos no se deja que sujetos ajenos a las organizaciones penetren en sus entrañas y por lo mismo, cuando uno de sus integrantes publica sus memorias suelen dejar que pase un tiempo prudencial o dejan que sean sus herederos quienes den a la imprenta sus diarios o memorias.

A nadie se le ocurre pensar que el penoso artículo de marras sea un publirreportaje, es decir, un anuncio de pago, porque nadie paga porque le pongan de chupa de dómine. Pero sí es perfectamente posible, porque lo hacen muchos festivales y congresos de todo tipo que paguen los gastos de estancia de algunos periodistas que se dicen invitados. Este parece ser el caso. Ahí han demostrado tener poco ojo los responsables de comunicación de certamen y nulo acierto su director por seleccionar tan torpes colaboradores, a no ser que la invitación haya partido directamente de él. La cosa no da como para exigir dimisiones, pero sí como para no repetir algunas contrataciones. Definitivamente, hay que evitar pisar cierto tipo de charcos.

Dos años ya

Se han cumplido uno de estos días atrás dos años desde la desaparición de dos admirados y apreciados gijoneses: Tini Álvarez Areces y Paco Prendes Quirós. Se nos fueron el mismo día de enero. Muchos son los que se han acordado de la fecha y sentidas han sido las palabras que sus numerosos amigos les han dedicado. Causa especial emoción la carta abierta que Carmen Veiga, si viuda, le ha dedicado a Paco Prendes y especialmente me ha complacido los recuerdos que tanto Víctor Guillot como Jaime Poncela le dedicaron en su momento a Tini Areces en las redes.

Probablemente coincidiendo con este aniversario, se habla de la posibilidad, con altas probabilidades de hacerse realidad, de nombrar al actual paseo de Poniente con el nombre de quien fuera doce años alcalde de Gijón y otros doce presidente del Principado de Asturias.

Tini fue, el solito, con la complicidad de miles de gijoneses, un poderoso agente transformador de su ciudad y así esos logros han sido enumerados ampliamente estos días. Logros que sus detractores, porque hasta los grandes hombres tienen poderosos adversarios, sumidos en la envidia y la miseria intelectual se empeñan en minusvalorar o denigrar: de esta forma ha ocurrido siempre y no iba a ser menos en el caso que nos ocupa.

Uno, se siente orgulloso de haber admirado y contemplado por mor de la actividad profesional esas consecuciones en tiempo real, cuando estaban sucediendo. Precisamente el contemplar un poco más de cerca los entresijos de los esfuerzos y las actividades desplegadas para lo que fue conocido como el milagro gijonés de los noventa, añade más admiración hacia una figura que no admite comparación.

Paco Prendes, aún teniendo una innegable vocación política y de servicio público, abandonó pronto la actividad formal, pero sin dejar de lado su participación. Desde estos mismos papeles nos contaba cada poco de manera hermosa y con un estilo muy particular, no exento de retranca y siempre con rigor intelectual, las cosas que se estaban produciendo en la villa y la provincia, lo que no dejaba de ser un deleite intelectual. Fue la luz de un republicanismo sosegado nunca extinguido y proclamó sus siempre valores con exquisita elegancia.

En estos tiempos en los que abunda en nuestra política local y provincial la roña y una cierta miseria en el servicio público, echamos mucho de menos la existencia entre nosotros de personas como los dos próceres que se nos marcharon hace dos años. Han pasado cosas, sí, y hemos logrado sobreponernos a tanta miseria, aunque en alarmante disminución. Se nos han venido encima hasta más de un paracaidista que se ha creído conocer y dominar el alma colectiva de la localidad y los gijoneses les han correspondido con un general desprecio.

En la maldad

No votaron en las últimas municipales los habitantes de esta villa marinera y su concejo de forma tan variada para que luego una airada y autócrata dama paracaidista, caída desde Carbayonia, deje en manos de un comunista totalitario, como es el alcaldín Aurelio, ciertas decisiones que afectan a la convivencia general. Si los gijoneses hubieran querido caer en las zarpas de una especie de leninismo de andar por casa, pero igualmente peligroso, no hubieran decidido con sus votos reducir a la mitad, dejándola en un solo componente, la representación de IU. Y como padecemos un Alcaldesa que no realiza ejercicio y mucho menos esfuerzo alguno en comprender el sentir general de sus conciudadanos cae en el tremendo error de colocar a un pequeño dictador de la izquierda extremista al frente del tránsito urbano y de los asuntos de medio ambiente: así nos encontramos con el escabroso embrollo de los coches en el Muro y el no menos lioso tema del anillo navegable del río Piles.

No queda más remedio que darle la razón al presidente del Grupo Covadonga, Antonio Corripio, y felicitarle por los esfuerzos que dedica y la imaginación que derrocha para salvaguardar la instalación deportiva fluvial. Y también hay que apoyarle, porque detrás tiene la fuerza que le proporcionan los miles de socios que componen la entidad grupista. A ver con qué cara se presentan en Bruselas el comunista cabezón y sus escasos adláteres a contar que existe un amplio apoyo social a la desmesura de la desaparición del anillo navegable con el GCC en contra. Ándese con cuidado la torpe Regidora con infligir daños del calibre que se empeña en provocar su encajado concejal comunista a una masa social de considerables proporciones. Y no por ella, que políticamente está amortizada, sino por las siglas a las que de forma tan impropia representa y que tan difícil lo tendrán después de su malhadada gestión en los próximos comicios.

No nos pudo tocar peor gestora ni el destino castigarnos con alguien que no quiere a esta ciudad ni a sus habitantes. Ha logrado superar a la pandemia de la covid-19 a la hora de paralizar la gestión municipal. Da la sensación que se siente cómoda exhibiendo un cinismo político de proporciones insultantes para el colectivo ciudadano. La salva una oposición dividida y castrada que no acierta, no se atreve o no quiere pulsar las teclas de las debilidades de una deficiente gestión que está a la vista de cualquiera. Ella se queja de que está sola y es verdad, sumida en su maldad.

Resbalones esperados

El frío, cuando actúa sobre el agua, produce hielo, y si el agua helada está en la superficie de las calles es muy probable que haya resbalones. Cuando sucede en la carreta, hablamos de deslizamientos. Unos y otros son peligrosos, porque provocan caídas, simples tropezones y choques más o menos aparatosos. Como nuestra política municipal lleva congelada unos cuantos años, incluidos los de la casi primera mitad del último mandato, hay una considerable capa de hielo en la que resbalan iniciativas poco asentadas y preparadas para circular por las vías que llevan a los resultados deseados, y ahí tenemos en esta villa marinera variados asuntos que se caen tras un resbalón administrativo o simplemente de baja política, que se ponen dificultosamente en pie y que, al poco de unos cuantos pasos inseguros, vuelven a sufrir otro percance que da con el contenido de sus expediente por los resbaladizos suelos. Los diversos departamentos consistoriales tienen sus pisos repletos de esos pequeños y plásticos carteles amarillos a dos aguas que advierten al personal que el suelo está resbaladizo. En ocasiones, esos carteles están en inglés, sin traducción, que advierten de un “net floor” sin mayores explicaciones. Así muchas declaraciones públicas debidas están dichas en un idioma que una bastante numerosa cantidad de personas no comprenden bien y, como con los cartelitos que avisan del suelo resbaladizo, se terminan por descifrar pictográficamente, gracias a que otros están en nuestro idioma, es decir, los interpretamos simbólicamente.

En este ámbito de lo simbólico podemos circunscribir la visita del lenense secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y su paseo a la vereda del Piles junto a la gentil dama de Carbayonia, esa primera autoridad que gozamos y que con nadie logra empatizar y con la que nadie tampoco tiene interés en hacerlo. Hugo Morán es persona con educación, contención y paciencia por lo que hasta concedió el aventurar un buen futuro para la vuelta de las aguas de nuestro pequeño río gijonés a condiciones presentables de calidad ambiental.

Encantada la finísima dama con la posibilidad de codearse con autoridad de la administración general del Estado, también acertó a poner de consuno fecha a la entrada en funcionamiento a la estación depuradora del Este, que el abogado representante de algunos vecinos circundantes rápidamente se apresuró a poner en duda. Esperemos que se equivoque el letrado y por fin la necesaria instalación se ponga en marcha y cumpla con su función de evitar sucios vertidos a la mar salada. La pena de la visita es que la situación no fuera al revés, o sea, que el prócer venido de Madrid fuera el alcalde y la señora fungiera de mandamás del engranaje administrativo central.

Incrustación sobrante

Se prepara un gran engaño municipal: una supuesta participación vecinal. A las casi inexistentes asociaciones de vecinos se las denomina “vecinos”, así en genérico, cuando en realidad no representan más que a bastante menos de un uno por ciento de la población. Nacieron en las postrimerías del franquismo como disfraces de las formaciones políticas de una izquierda entonces prohibidas. Tanto había que hilar fino que al principio se denominaban asociaciones de cabezas de familia. Recuperada la democracia, las AA VV se convirtieron en pequeños escenarios de las luchas de poder de los partidos de babor por ver quién las dominaba y, paradójicamente, en algunos barrios más finos nacieron asociaciones con tinte por estribor. Durante años, cobraron del Ayuntamiento, y lo siguen haciendo, jugosos estipendios y hasta se les proporcionan locales y abonan gastos de funcionamiento.

La diferencia con el antes y el hoy es que hace muchos años esas entidades tenían sus socios y una indudable influencia social, mientras que en el momento actual son prácticamente nada con una paupérrima masa social, es decir, no son nada y a nadie representan. Por eso, incluir como agentes intervinientes en una por venir normativa de participación vecinal es una mamarrachada digna de algún personaje que o bien actúa de mala fe o bien está tarumba. Lo peor es que más bien la cosa se acerca a la primera opción: una forma de sacar adelante una normativa descafeinada.

En realidad, la auténtica representación vecinal válida son los integrantes de la Corporación, concejales elegidos por sufragio universal libre, secreto y directo. Lo demás son inventos de cuando no había democracia y había que arreglárselas para dar salida a las ansias de participación y de control de las decisiones municipales por parte de la ciudadanía.

De esta situación son conscientes los socialistas, pero tienen ahí la incrustación de IU que ve en las AA VV todavía la oportunidad para gozar de un instrumento con el que obtener unas migajas de poder municipal y presionan a su socio mayoritario para que se las tenga en cuenta como si fueran algo de verdad. Estas cosas parece que le importan un bledo a la pizpireta dama de Carbayonia, a la sazón alcaldesa de la localidad a pesar de tantos, y tanto más le da so que arre; la razón es sencilla y salta a la vista: esta villa marinera a ella se la trae al pairo, porque sólo le importa mandar. Si ahora le ofrecen irse de primera autoridad a Zaragoza, se pone a cantar jotas y si a Valencia, se disfraza de fallera mayor. Con las AA VV incrustadas en el ente municipal perdemos todos e introducimos un factor de distorsión en la vida municipal.