Experto en jaleos

Tanto dejar en manos del alcaldín Aurelio para coches, humos y aguas las cosas que su proceder ya ha comenzado a levantar dolores de cabeza a la parachutista de Carbayonia que funge de alcaldesa. Es natural que ella no se haga cargo de lo que significa para esta populosa y reivindicativa villa marinera una sociedad deportiva y recreativa como del Real Grupo de Cultura Covadonga. Ahora, con sus decenas de miles de socios detrás ya se va percatando y ha tenido que tomar en sus propias manos el espinoso lío que ha enfrentado al Grupo con el ayuntamiento; o para decirlo con más propiedad a la entidad con el concejal comunista a costa del canal navegable del río Piles. Creyó Aurelio Martín que bastaba con rodearse con grupito de personas afines y empezar a tomar medidas en plan ordeno y mando. No usa bigotones estalinista, pero sí en pequeña escala maneras propias de un dictadorzuelo por babor. Cierto que no tiene la capacidad de organizar purgas entre sus detractores ni mandar a nadie a un Gulag siberiano, pero en su nivel se da un aire.

Ahí está el contencioso del Muro, casi cerrado en un sentido y clausurado del todo en la contraria bajo la argucia de una actuación «provisional» que, mientras el equipo de gobierno no lo enmiende, puede dilatarse durante lustros. Un marronazo cuya solución dejará severas y probablemente numerosas disconformidades ciudadanas.

Lo del contencioso con el Grupo Covadonga es otra historia: ahí existe una directiva que habla por sus socios y por los intereses de los deportivos de quienes utilizan el anillo navegable. Por ese lado tenemos a las cianobacterias de marras y las mediciones son las que son y lo soportan todo, y las opiniones que saltan por uno y otro lado según los estudios que cada parte exhiba. La cosa del nudo formado por un ya demostrado incompetente concejal ha adquirido la forma de un ataque directo y gratuito a una decana entidad que se revolverá y no se detendrá ante lo que considera un atropello.

El enjundioso asunto ya muestra probabilidades de terminar en pleito ante algún juzgado. Mala cosa sería esta porque significaría un fracaso de la política municipal y de los gobernantes municipales con su galante alcaldesa al frente. De poco le valdrá a esta quejarse luego de que no tiene equipo en quien pueda descansar ciertos asuntos ante algún directivo local de su formación política socialista, o incluso de quien quiera escucharla, si el fichaje que fue a buscar por entre los restos de la IU asturiana le sale rana. Pues les pinta al pelo a la una y al otro: por atrevidos y advenedizos. Y el personal que se aguante.

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