Decisiones arbitrarias

Desde hace unos años y más o menos por este tiempo, uno acudía a su farmacia, se hacía con una dosis de la vacuna de la gripe, se la aplicaba y santas pascuas. Este año no, los gestores públicos socialistas del Principado han pensado y el resultado deja mucho que desear: para empezar, no se permite a las farmacia expender vacunas de la gripe y los ciudadanos deben acudir a su centro de salud. Más bien, será el SESPA quien decida, a partir de la próxima semana, los que merecen ser vacunados y los que no: han complicado el sistema cargando un poco más de trabajo a los sanitarios. El sistema es del tipo estalinista: aunque alguien pretenda descargar un poco al sistema público de salud vacunándose por su cuenta, los gestores públicos no se lo permiten: están como ratitas americanas, aquellas que eran cubiertas en un redondel por un cubo al que daban unos meneos y, una vez alzado el cubo, la cobaya se refugiaba en uno de los agujeros que horadaban el redondel, cada uno con un número encima; el poseedor del número correspondiente ganaba un premio, pues de un sorteo de feria se trataba. Pues nuestras autoridades regionales están con esto de la pandemia igual de despistadas que las ratitas americanas cuando les levantaban el cubo y corren a refugiarse en ocurrencias extrañas en un vano intento de controlar aquello a lo que no pueden poner remedio: otra vergüenza más que añadir a una gestión sanitaria a la que se han vistos arrastrados por la covid-19 y cuyos aceptables resultados de contagios, vaya usted a saber el porqué, les ha conducido a presumir más que un ratón encima de un queso, sobre todo al ocupante del palacete de Suárez de la Riva, un sujeto al que, a la vista está, le viene grande el cargo, puesto ahí por el dedazo de los pelotilleros más afectos al sanchismo rampante. Menuda firma nos han endilgado las cuencas como jefe político.

En el pueblo, sin novedad: el paseo del Muro sigue poniendo el color. El Consejo Social, organismo al que los mandamases, también sanchistas, pasaron el embolado, se lo han endilgado a su vez al colegio de arquitectos, lo que no se entiende muy bien, porque los ingenieros de caminos también saben bastante de flujos de tránsito urbano y cuestiones similares, no en vano se pone a un integrante de este colectivo al frente de la oficina del municipio para el tráfico. De todas formas, se conoce que para curarse en salud, el entorno de la parachutista de Carbayonia ocupante del más alto sillón político local ya ha avisado que las conclusiones no serán vinculantes.