Parques, coches y carbones

Mejor, mucho mejor, que preocuparnos de los horrísonos y molestos ruidos carnavalescos y de los ridículos disfraces y eventos que con tanta munificencia soporta económicamente la municipalidad, ocuparnos de la ampliación de parque de Isabel La Católica a costa de la avenida de El Molinón, nacida como del general Perón, cuyas dos denominaciones darían como para un ripio. Es idea feliz, a pesar de los temores de quienes parece que no saben vivir sin el coche. Tampoco a los de la Cámara de Comercio parece que les plugió la iniciativa, pero da la sensación de que, a la vista de la determinación del alcaldín Aurelio «el comunista» para el medioambiente y la movilidad tendrán que avenirse a la medida.

La verdad es que, habiendo otras soluciones al tránsito de vehículos, pasar al verde la franja de asfalto de la avenida es una idea feliz y no está de más porque, al fin y al cabo, cuando se hizo el parque no había otras soluciones que esa avenida para llegar al Molinón desde el Muro. Hoy en día, con el paso de los años y urbanizado completamente el perímetro del parque, con sus calles y avenidas, no tiene mucho sentido el actual vial.

Lo más curioso de todo es que no hacen falta muchos estudios, porque la avenida del Molinón lleva completamente cerrada desde hace meses por la construcción del pozo de tormentas en la zona sin afecciones apreciables en el transito y sin molestias especiales a la Feria de Muestras, como temen, sin aportar datos fiables, los directivos camerales. Para una cosa positiva que se les ocurre a los del gobierno municipal, vamos a dejarlos que la realicen y confiar en que el resultado de la operación sea conforme al gusto mayoritario de la ciudadanía. Nada mejor que un paseo por un parque para llegar al partido de fútbol.

Los que no tienen tanta suerte con su parque previsto son los del puerto de El Musel, aunque, claro, estamos hablando de algo negro y pulverulento como el carbón: una empresa pretende, en la trasera del muelle de la Ebhi una zona de acarreo de carbón. Ello significaría unos tráficos que le vendrían de perlas a la Autoridad Portuaria de Gijón, pero, ay, amigo, llega el Principado y paraliza la operación para estudiar las posibles afecciones de los carbones a la playa de san Lorenzo, y ya se sabe lo que tardan los estudios ambientales en concretarse. Peliaguda relación la de los tráficos de graneles al aire libre y las exigencias ambientales. Puerto ampliado, sí, y también una cuantiosa deuda que impide pensar en naves para tratamientos de los minerales como ya va siendo de recibo.

Pecado original

El monumento está ahí y es soberbio. Merece reconocimientos oficiales, mantenimiento cuidadoso, es utilizado diariamente por miles de personas, pero tiene un pecado de origen: fue construido en los años cincuenta del veinte, bajo el franquismo y ello es causa suficiente para que la primera autoridad de la villa y concejo, con el resto de los representantes municipales de la izquierda se nieguen a solicitar que sea patrimonio de la humanidad por parte de la Unesco. Demuestran con ello suma ignorancia y un sectarismo más allá de toda duda.

Otros vendrán detrás que corrijan este inmenso error, este ataque a la ciudad en uno de sus más nobles edificios. En el ejército había la costumbre no hace tanto tiempo, de arrestar a animales u objetos: una mula, un banco de los de sentarse, una guitarra y así hasta una larga lista de estupideces. Condenar a la magnífica construcción de la antigua Universidad Laboral al ostracismo, como si tuviese una culpa infamante en el tiempo durante el que fue construida, demuestra la falta de conocimiento de quienes han tomado una medida que nos abochorna a casi todos. Me dice una persona que se trata de una «injusticia, inmoralidad y atraco científico». Quiere ahora la alcaldesa rectificar la metedura de pata, que se adjudica personalmente, y llevar al próximo pleno una rectificación en forma de solicitar la declaración, pero recordando el significado del pecado de su origen.

Nadie niega que en el propio edificio, que sitio hay de sobra, se instale una exposición con la historia del conjunto monumental y poniendo en contexto su origen. Es lo justo. Pero esta votación ya no es ni revanchista es, como queda dicho, muestra de ignorancia. Hay medidas que terminan por marcar el mandato de un alcalde y este desahogo de la primera edil González marcará un hito de su tiempo al frente del consistorio gijonés y lo hará para mal y como muestra de irrisión y falta de conocimiento. Habría que saber en quién se han aconsejado los que tan alegremente han votado negativamente este merecido reconocimiento. Lo más pro bable es que por nadie con una mínima sensibilidad artística.

De momento, nos queda la vergüenza de tener unos mandatarios faltos del conocimiento y la suficiente sensibilidad para separar el origen del fenómeno artístico. Y queda el consuelo de que cuando esta alcaldesa ya esté sumida en el olvido, como un mal recuerdo en la memoria de unos pocos, la monumental Universidad Laboral siga ahí: muestra de una formidable arquitectura y digna del general reconocimiento y admiración.

Divisiones y multiplicaciones

Habíamos quedado en que la amalgama de cometidos que acumula la sociedad municipal Divertia no era cosa buena y que, según los que ganaron las elecciones en el municipio, había que disolver y repartir sus funciones de manera más conveniente. Como sus responsables no han empezado ni a hablar de ello y se muestran remolones a la hora de hacerlo, tal da la sensación de que o bien no saben por dónde empezar o bien el coste y líos de la operación les han quitado las ganas.

Uno de estos días atrás, llegó un concejal de Ciudadanos y les dio a los mandamases un plazo, figurado, claro, de dos meses para abrir el pico acerca de la situación de una alocada sociedad en la que, a pesar de ser mayoritariamente municipal, aún quedan unos cuantos socios privados minoritarios, como grupos de hosteleros o la Cámara de Comercio, residuo de lo que fue en su momento Sociedad Mixta de Turismo. ¿Qué hacer ahora con ellos sin que nadie se enfade; pero al tiempo, ¿qué pintan ahí incrustados? En definitiva, al concejal de turno no se le perciben deseos de acometer la aventura y se supone que descargará la tarea en la gerente que estará sumergida en el día a día que suele estar lleno de pequeñas alfileres que pinchan e incomodan la capacidad de concentración. Así que se prevé que la cosa se dilatará más de lo anunciado en un primer momento.

Como no puede parar de poner sus garritas en lo que son sus competencias, el minialcalde de IU, Aurelio Martín, No contento con su labor de adoctrinamiento y digestión de los asuntos medioambientales, la ha emprendido con la movilidad y se nos ha empeñado en tocar las castañuelas con la ORA. De momento, parece que la operación va en un incremento de gasto en pintura viaria, porque aparte del azul, se ha empeñado en añadir otros dos colores para mayor ornato de los bordes de nuestras calzadas. También amenaza con ampliar las zonas reguladas y de pago, aunque de momento no se atreve a decirlo abiertamente y lo disfraza arteramente de un esperar a lo que digan unos misteriosos estudios que se están realizando por parte de alguien que, naturalmente, se ha de llevar su porqué. Es bien triste que el procomún tenga que pagar para que alguien dictamine la imperiosa necesidad de ponernos la vida un poco más difícil por el método de subirnos algunas tasas. De esta forma el minialcalde puede pavonearse de lo mucho que hace y justifica la necesidad de su existencia. La parte privada de la empresa mixta de la ORA, naturalmente, encantada con nuevos ingresos a la vista.

Fauna y flora

Me insta una amistad a poner cuidado con algunos asuntos. Le da esta persona más importancia a estos humildes comentarios que la desprendida de ellos. En estos casos siempre le queda a uno la duda entre si bajar el diapasón y dedicarse a los pájaros y la flores o a los asuntos consistoriales. Vamos a situarnos en una posición intermedia y dedicarnos al comercio «al detall» de plantas de ornato y ramos de flores, más que a la botánica en su sentido amplio. Desde niño me encantó contemplar el escaparate en chaflán de una tienda de plantas en la esquina de la calle de San Antonio con la hoy de San Melchor de Quirós. Casa Múgica se llamaba. Su interior se veía umbrío y fresco con bonitas especies de plantas exóticas y primorosos ramos de flores. No era una tienda cualquiera: tenía un toque especial en su decoración y en su ambiente en general. Pues bien, ha cerrado sus puertas. Fueron varias generaciones tras su fundador, Pedro Múgica, quienes atendieron el negocio. La última de ellas Pilar, una señora muy amable y paciente que ya ve llegado el momento de la jubilación, habiendo rebasado ya la edad habitual y haciéndose acreedora un merecido descanso. Ciento veintiséis años de negocio, según nos informa en estos papeles Pablo Palomo.

Hay algunos pájaros de cuenta pero aquellos con los que tratan los entusiastas del grupo ornitológico «Carbayera del Tragamón» en nuestra volandera villa marinera son majos, con sus picos, plumas y patitas. De vez en cuando publican en su Facebook alguna foto, alguna ficha de una o dos especies dignas de mención. No se meten con nadie y, pacíficamente, se ocupan en la observación y cuidado de las aves que proliferan por nuestro entorno. Ya su denominación, tan gijonesa, merece un reconocimiento especial por parte de todos y que, como no meten ruido, parece que no se hacen reconocedores de los merecimientos que otros, más alborotadores y me nos útiles para la colectividad, reciben sin más ni más.

Ahí tenemos a los de la federación de asociaciones vecinales con su nuevo presidente como si fueran trascendentales en nuestra convivencia ciudadana, pero sin mayor trascendencia y tratados mediáticamente como si su labor fuera fundamental para la buena marcha de las cosas. Su decadencia hasta la extinción será larga, porque siempre habrá algún grupo político que se apunte a su instrumentalización: los hay que van descubriendo sucesivamente la pólvora y se apuntan al manejo de las cada vez afortunadamente más mermadas asociaciones de vecinos. No es que no deban existir entidades activistas que mantengan a raya al poder municipal, pero se trata de que aparezca algún sistema nuevo, no uno que ya viene de los tiempos de Maricastaña.