Ausencias y nuevas presencias

No tendremos oportunidad esta Semana Santa que se nos avecina de leer en estos papeles el anual artículo sobre el asunto que nos dejaba José Ramón Fernández Costales en su calidad de integrante de una de las cofradías de esta villa marinera. Se nos fue el bueno de José Ramón hace unos días y nos dejó muchos recuerdos positivos y un vacío interior que encoge el ánimo: siempre animoso y dispuesto a echar una mano si la cosa merecía la pena. En los últimos años, con algunas penurias vitales, es como si se le hubiera acendrado su espíritu religioso, pero sin olvidarse de todas las cosas que circulan por este mundo que habitamos que, sin duda, es un poco peor sin su presencia. Echaremos de menos su bonhomía y su amistad. No cabe ya a estas alturas pues otros lo han contado ya muy bien, sus múltiples ocupaciones, algunas muy creativas, otras como enseñante y, por fin, otras como estor público. Se fue un referente muy gijonés que, desde un indudable universalismo, adoraba a su tierra y a su familia y amigos. Unas líneas son poco para tan gran persona, pero sirven para dejar patente la admiración por una persona buena en todo el amplio sentido de la palabra.

Ya Ciudadanos ha despejado la incógnita de su cabeza de lista a las próximas municipales: repetirá José Carlos Fernández Sarasola, único concejal de la formación en la ciudad durante los últimos cuatro años. Su papel ha sido intenso y afanoso, dado que debía estar presente en múltiples comisiones. Quiere esto decir, para expresarlo coloquialmente, que se lo ha currado. Su papel ha sido el de digno representante de los valores que presenta su partido a la sociedad. Se dirá que la tarea era mucha para uno solo, pero tras él, estuvo durante este mandato el coordinador del partido en Gijón, Rubén Pérez Carcedo, que se incorpora a la candidatura y que llega con un importante bagaje de conocimiento de los vericuetos consistoriales, dado que fungió como asesor en el grupo municipal de Fernández Sarasola. Otros nombres, como el de Ana Isabel Menéndez figuran en una lista que ha tardado en decantarse, pero que se presenta firme y cohesionada. Con esta incógnita despejada, ya se va completando el mosaico de la oferta electoral que se nos ofrecerá a los gijoneses en el próximo mayo por venir. Primero, hemos de pasar por unas generales, Congreso y Senado, y al mes nos meteremos en las autonómicas, municipales y europeos. En el panorama político, no se puede pedir mucho más. Sucede cada cuatro años aproximadamente, pero no se puede decir que esta acumulación no excite las ansias por votar de los más participativos, justo en el momento en que, vistas algunas monstruosidades ultramontanas de corte fascistoide más falta hace la presencia ciudadana ante las urnas. Esperemos que así sea y que candidaturas de bien, como de la que se acaba de mencionar aquí hoy, obtengan resultados que logren componer un consistorio capaz de sacar adelante lo que la parálisis de estos últimos ocho años del FAC moriyonista sumió al municipio en su conjunto.

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