Lo normal y una de miedo

Mira que faltan unos meses para la triple cita electoral de las europeas, autonómica y locales y los ánimos están más que efervescentes. Uno no es capaz de adivinar si para la primavera quedarán burbujas y fervorines suficientes. De momento, la cosa está más que liada, salvo en la FSA PSOE, en donde el rodillo totalitario de la dirección ha impuesto su voluntad disfrazada de encomiástico mantón democrático. Pero, ¿y los demás?

En IU no saben si poner de candidato a Gaspar Llamazares o montarle un expediente disciplinario que de con sus huesos fuera de la organización. De momento, el interesado y la dirección nacional se han dedicado nada edificantes palabras a través de los medios de comunicación, naturalmente; de viva voz y mirándose a la cara no tienen, al parecer, nada que decirse. En cuanto a la parte local, en donde todo parecía ir sobre rueda, sale un espontáneo pidiendo desatado una impugnación como una casa: considera que para un honrado trabajador, los cinco día de plazo previstos reglamentariamente para presentar las candidaturas no son suficientes y, por ello, colige que el método no es democrático. Una anécdota que indica cómo anda el patio en la coalición procedente del PCE también por las bases: locura por arriba y por abajo, todo el edificio es como un psiquiátrico, una de aquellas antañonas casas de reposo.

Lo de FAC, o Foro como les gusta ser llamados, parece que está arreglado por la parte regional al tener ya bien colocada a la gran cirujana, todavía primera autoridad en Gijón, como candidata. Y con ella, muchos de sus adláteres que esperan pillar cacho en alguna institución regional, salvo los castigados a quedarse en esta pizpireta villa marinera. Por este lado, la cosa está, que se sepa, poco clara de momento, salvo en la mente privilegiada de algún mandamás.

Los de Podemos pretenden repetir con Mario Suárez al frente y Cándido el de la Corriente, en un salto hacia adelante, haciendo compañía a Sofía Castañón en la lista de diputados, por si a Sánchez le da por convocar elecciones generales un día de éstos. Las listas regionales, purgadas por las voluntarias desafecciones parece que no sufrirán grandes cambios.

¿Y los del PP? Aquí la cosa está cruda. En lo regional hubo un momento que pareció que, promovido desde las cumbres de Génova en Madrid, habría una especie de coalición con los casquistas de Foro y que la mismísima presidenta regional sería desplazada del primer lugar de la lista por la ambiciosa cirujana gijonesa. El asunto parece haberse enfriado bastante y mi señora doña Cherines ha vuelto al primer lugar de la clasificación general, en lo que ciertamente es ya su canto del cisme en la política regional. Como lo municipal de aquí depende de la misma dirección provincial, parece que será Mariano Marín de nuevo el cabeza de lista, con lo que el pescado da la sensación de estar todo vendido.

¿Todo? ¿Y qué hay con Vox? Es indudable que llegarán dispuestos a romper el actual «status quo». Pero las películas de miedo van en otra sección.