Los años perdidos

Los negros años del carbón fuertemente subvencionado que tanto daño hicieron a Asturias. En lugar de ganar tiempo, se perdió. Los miles de millones aportados por Europa y España fueron malgastados y mal aplicados. En Asturias sufrimos el gran engaño: bajo una apariencia democrática, había un dictadorzuelo atávico que, so capa de evitar la postergación de las cuencas mineras, desvirtuó completamente el sentido de aquellos cuantiosos fondos aportados. Luego, resultó que aquel pretendido caudillo minero que tanto daño hizo a nuestra provincia, era un mangante avaro y ladronzuelo. No se debe olvidar el despilfarro habido con aquellas ayudas ahora que el uso del carbón está ambientalmente no ya desaconsejado sino proscrito. Ahora es cuando se demuestra que se perdió un tiempo precioso y se malgastaron unas cantidades monetarias ingentes. Objetivamente, por mucho que algunos se rasguen las vestiduras con la afirmación, el sindicalismo del carbón ha sido en Asturias un mal objetivo, cuyas consecuencias sufrimos ahora y en los próximos años.

Los actuales llantos, llamamientos y protestas tras el anuncio por parte del dueño de la central térmica de Lada de su desmantelamiento para 2020 no es más que la manifestación de un comportamiento adquirido durante aquellos años de presión de los sindicatos mineros sobre toda Asturias. Un comportamiento inercial que impide reaccionar de forma adecuada a instituciones tanto políticas como gremiales o sociales ante hechos imposibles de evitar: se vuelve a la vieja actitud del ganar tiempo, de permitir que la bola ruede y que sea la generación futura la que peche con el problema. Pero todo llega. Por simple necesidad de supervivencia, se dejará de quemar carbón por cuestión del innegable cambio climático. Ahora que Asturias ya casi no produce carbón, el que se quema en la centrales térmicas asturianas es mayormente importado y, por tanto, aparecen, por ejemplo, problemas tales como la disminución de tráficos en el puerto gijonés. He ahí otra muestra de los tremendos errores cometidos en nombre de ganarle, cuestión imposible, la carrera al tiempo en lugar de preparar a la sociedad y su entramado empresarial para otros escenarios económicos. A pesar de estas realidades, hay quienes se empeñan en aplicar el antiguo sistema y lo lanzan al público desde sus tribunas políticas, sindicales, patronales o sociales sin el menor rastro de vergüenza.

Los mandamases de nuestra populosa villa marinera andan a la búsqueda de una formación política que haga de mirlo blanco para que les ayude en la tarea de la aprobación del presupuesto local que lleva camino de una probable prórroga. La posición de la habitual ayuda, los del Podemos con corriente, ponen esta vez como condición la municipalización de unas trabajadoras de la ayuda a domicilio -ahora trabajadoras de una contrata externa-por la puerta de atrás, por lo que, visto el interés tal parece que sean cotizantes con corriente. PSOE ha pasado a ser objeto de deseo moriyonista, pero los socialistas, ya tan políticamente maltratados no se dejan y están dispuestos a que los del Foro se cuezan en su propia salsa y tengan que prorrogar. Todo eso está muy bien, pero ténganse en cuenta las posibles consecuencias negativas en materia social.

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