A la espera

A estas alturas de la convocatoria electoral, tanto al municipio como a la autonomía, podría parecer que todo el pescado está vendido; pero, en el caso de nuestro pueblo, esta bonita villa marinera, al anunciar los sondeos que hay dos fuerzas muy igualadas, no todo está tan claro.

Tenemos un ayuntamiento, gobernado estos últimos años por el Foro casquista, con la caritativa cirujana, Carmen Moriyón al frente, donde, es una realidad incuestionable la parálisis se adueñó de la ciudad. La lógica indica que esta situación indeseable ha de ser cambiada, salvo que nos queramos ver reducidos casi a la nada.

La lógica indica que se requiere una cierta gobernabilidad, que se hagan cosas y que las cosas que se hagan lo sean en positivo y para corregir la falta de acción que hemos venido padeciendo. Parece que José María Pérez, el candidato socialista, el otro candidato con altas probabilidades según las encuestas, es quien puede conseguir este cambio y para ello sólo los votos cuentan. Un empate técnico no vale en las urnas, porque ello no garantiza el necesario cambio con el que parece haber un convencimiento que es necesario.

Otra de las cualidades que se necesitará a la cabeza del ayuntamiento para la gobernabilidad de la ciudad es la capacidad de diálogo, porque al atomizarse la composición del Pleno municipal y aumentar el número de fuerzas políticas en sus bancadas, no saldrán los asuntos adelantes sin hablar antes las cosas entre casi todos. En este sentido, Moriyón ha exhibido justo lo contrario durante su mandato: ni hasta fue capaz en muchas ocasiones en ponerse de acuerdo con el otro grupo de la derecha que prácticamente se le había entregado: el de los rebeldes del PP gijonés que, desde que le procuraron la alcaldía, hasta el final del mandato han sido prácticamente su soporte político. Los populares locales, en clara confrontación con su dirección regional, le regalaron sus votos, pero Moriyón huyó en todo momento del diálogo con los discrepantes de todo signo político.

Por eso, Gijón merece la oportunidad que brinda el PSOE, de ensayar el gobierno con diálogo y transparencia –como ya demostró al gobernar de esta forma en algunos de los mandatos anteriores, incluso en coalición con otros partidos– ya que lo otro, lo conocido por la parte del casquismo, sabemos que no es capaz de hacerlo así.

Por último, quedan ciertas dudas. Retirado Cascos de la primera línea de su FAC, no sabremos en Gijón quiñen estará manejando los hilos tras Moriyón. Todo indica que será el emergente concejal Fernando Couto que, de salir triunfantes, ya ha anunciado que asumirá las competencias del urbanismo gijonés, el área más sensible en un gobierno local. Sin embargo, por la otra parte, por la socialista, el liderazgo está claro que será José María Pérez, incuestionable líder de un equipo de trabajo compacto.

Habrá que esperar al domingo para despejar estas dudas. La mayor de ellas es si seguiremos con más de lo mismo y caminando marcha atrás o si adoptaremos la decisión de salir adelante con buen pie y a buena marcha. Ahí está la cuestión que se dirime en un pañuelo, ya decimos, según los sondeos previos. Luego, pueden llegar lo que, en principio, solemos calificar como sorpresas y que, con el sosiego y el paso del tiempo, se le comienza a encontrar, o parecer que se le encuentra, una explicación.

De momento, a la espera.

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