Cae la nieve y llueven sandeces

“Cae la nieve, esta tarde no vendrás”, según nos cantaba Salvatore Adamo muy sentido el hombre. Aquí, en el pueblo este nuestro, ha caído un poco de nieve y a la primera autoridad se le ha desatado la lengua y la ha echado a pacer. Desde los pocos caracteres que permite “Twitter”, una amiga escribe como conclusión de las últimas sandeces expresadas por la caritativa y pía cirujana: “Dice Moriyón ‘Podré demostrar a los gijoneses que se puede gobernar 4 años sin robar’. No más faltaba que robaras además de no hacer nada”.

¿Pero qué asesores tiene bajo el sillón de mando edilicio esa mujer para que le hagan decir en una entrevista, amable y pelotillera, semejantes tonterías? No nos refiramos ya a cuestiones enjundiosas de ciudad como las portuarias y otras de semejante calado. Quedémonos con esta del robo, dicho así de fuerte.

Como a esta gente de Cascos le parece que antes de ellos no pasó nada ni hubo nadie, se le olvida que otros estuvieron en el ayuntamiento mandando treinta y dos años sin robar. Cuando exhibe sus cuatro haciendo lo normal, no meter mano en el cajón del pan, tal da la sensación de que les costó un trabajo tremendo y lo consideran un gran logro. Bendito sea su adanismo que la hace quedar en evidencia de forma tan palmaria.

Moriyón por primera vez se juega algo en política –mantenerse en la alcaldía– y está excesivamente nerviosa; no hace falta gozar de grandes dotes de adivino para llegar a la conclusión que, de aquí a mayo, sus salidas de tono y equivocaciones irán en aumento, dada su bisoñez y sus pocas ganas de aprender por su cuenta, salvo lo que le recomienden desde el entorno del amado líder y le aporten los poco duchos asesores que la rodean en su despachito oficial.

“Cae la nieve y mi amor de luto está”, proseguía Adamo, todo ternura, y en las televisiones se despliegan medios técnicos y se manda gente a los sitios a pasar un frío del copón para contarnos lo que todos sabemos: que en invierno las temperaturas pueden ser gélidas, en las madrugadas hiela y en los altos –a veces, también más abajo– nieva.

Por ejemplo, la noticia en Asturias no es que el tren no pase por Pajares unos cuantos días debido a las nevadas, la escandalosa noticia es que todavía en este 2015 siga ocurriendo lo mismo que en 1884. Clamar un contundente ¡ya está bien! es poco clamar. Los asuntos de las infraestructuras en Asturias nos han levantado constantes dolores de cabeza, nos han exigido realizar tremendas presiones en los centros administrativos de la villa y corte y han sufrido inveteradas demoras a las que parecemos habernos acostumbrado.

A lo que no estábamos tan acostumbrados es que desde dentro mismo de nuestra sociedad se pusieran palos en las ruedas. Salvo en un asunto portuario, el conflicto entre muselistas y apagadoristas, no se han dado divisiones de consideración en Asturias en materia de infraestructuras. Reaparece ahora, convertida en una especie de moderna apagadorista, quien sabe si animada por el amado líder de su formación, la alcaldesa Moriyón echando leña contra el fuego portuario, lo cual la convierte en una regidora inverosímil.

Aquí estamos, entre lo que se intenta que parezca noticia, que en invierno hace frío y hasta nieva, y una alcaldesa que tira piedras contra el tejado de uno de los principales intereses de su pueblo. Pareciera que los tiempos no están para barbaridades, pero ahí las tenemos. Quedémonos con Adamo: “odioso silencio inmensa tristeza / esta tarde no vendrás grito al desesperar / mas cae la nieve y a mi lado no vienes”.