Desagradecimiento y desmemoria

Sea por la cercanía de las elecciones andaluzas, sea porque el personal tiene ganas de jota, el caso es que, a pesar de que faltan unas cuantas semanas para mayo, el ambiente político vive en una suerte de cierto adelantado periodo electoral. En la Junta General, al haber, aunque con sordina, actividad parlamentaria, los debates suelen resultar auténticos encontronazos. En lo municipal de nuestro pueblo, como los responsables del gobierno local prácticamente no gobiernan –como si no hubiera nada que hacer, pero llevan así casi cuatro años–, lo que hay son los típicos movimientos previos de las distintas formaciones.

Hasta ahora, quizás porque despejaron antes que nadie sus cabezas de cartel, los más activos son los socialistas y los del FAC. El candidato del PSOE, José María Pérez, da la sensación ya de no tener un hueco libre en su agenda, tal es la cantidad de encuentros, conferencias, presentaciones y otros actos diversos a los que asiste cotidianamente. Al paso que va, cuando llegue el momento de las urnas habrá visto, o le habrán visto, prácticamente todos los electores.

Por su parte, la caritativa cirujana, a la sazón alcaldesa, sin quedarse corta en eso de los encuentros diversos, lo que ha dado son muestras de que le sobra Cascos. A ella y a un par de sus concejales más directos –Couto y Felgueroso–, que los demás da la sensación de que le sobran y los da ya como amortizados, igualito que los tres de marras parecen haber hecho con Cascos. Ello le sentará mal probablemente al todavía senador Martínez Oblanca, pero se lo habrá de tomar en cómodas dosis.

Es como si a la ínclita alcaldesa Moriyón y cercanísima compañía les sobrara Álvarez-Cascos, salvo como atractivo electoral, y que desaparecido de la cabeza de cartel, les resultara una rémora más que un activo. No es que el exvicepresidente, exministro y ex casi todo sea alguien digno de ser admirado o seguido, pero por lo menos, aún con todos sus enormes defectos, parece que mereciera un cierto respeto y agradecimiento por parte de aquellos que llegaron a sus puestos por su dedazo y su consentimiento. Pero no es así. Simplemente le dan de lado en claro desagradecimiento que, por si hacían falta otros datos de la ciudadanía de esta villa y su concejo somos sufridores, muestran la calaña, política al menos, de la que están hechos.

Cumple el Parque Científico y Tecnológico de Gijón veinte años y, aparte de recordarnos la fugacidad de tiempo, sus frutos son la expresión clara de la razón que asistió a quienes hicieron la apuesta por tal instalación, que no fueron otros que los gobernantes municipales de entonces. Porque hace falta recordar que este Parque es uno de los escasísimos en España de promoción, titularidad y gestión municipal, a diferencia de la mayoría que dependen de la autonomía correspondiente.

Viene este cumpleaños a dar otra muestra de la falta de memoria y desahogo de los actuales gobernantes del moriyonato que se han puesto descaradamente la medalla correspondiente como si eso de la milla del conocimiento fuera un invento de hace un par de años. Pero para estos adanes todo es igual. Persisten en el error de que nos traguemos la bola de que antes de ellos no hubo nada, de que su adanismo es real como la vida misma y que de las anteriores corporaciones sólo nos han quedado algunos fallos, pero ninguno de los impresionantes avances que ha disfrutado la ciudad.

Sólo hace falta contemplar, sin acudir a datos, tablas o gráficos, alguna de las variadas colecciones de fotografías de los últimos años setenta u ochenta del pasado siglo para percatarnos del cambio ciudadano.

Hoy en día, se protesta, por ejemplo, porque una parada de autobús escolar esté unos metros más acá o más allá. Entonces, no se habrían dado tales protestas porque en lugar de la correspondiente carretera local habría una caleya por donde sólo podía circular un tractor.

Podemos echarle la culpa a la desmemoria o, como quedó dicho, a una desmesurada práctica de adanismo, pero a cada día que pasa queda más claro que todo se debe a la más descarada desvergüenza.

Colgados de la brocha

El amado líder tiene perfecto derecho al abandono de sus responsabilidades en cualquier momento. ¿A qué tanto espanto, entonces, por parte de sus seguidores? Es como si cuando se apuntaron al FAC alguien les hubiera otorgado alguna patente o garantía de continuidad. Es más, un mínimo conocimiento del personaje no habría nunca descartado una situación como la actual. ¿Con qué derecho puede ninguno de sus chafados seguidores exigirle nada ahora a Cascos? Él tiene sus cosas que hacer y, es probable, que n o pasen por arrastrarse por los pasillos de la Junta General con uno o dos diputados como mucho tras de sí.

¿Qué creían los que abandonaron el PP para ir tras un líder que ya había dado tantas muestras de volubilidad? ¿Pensaban acaso en una vida política cómoda y estable? Nunca Cascos engañó a nadie. Fue siempre el mismo durante años: móvil en sus avatares políticos y familiares: así, de una pieza. Pleno de soberbia y altanería, dispuesto a calificar duramente al oponente, a regañar con no menos dureza al compañero o compañeros de formación que creyó desviados de la recta vía que, curiosamente, siempre coincidió con su visión de las cosas.

Tienen razón aquellos de sus fans que se espantan y desalientan al reputar que sin el amado líder las pequeñas expectativas electorales se esfumarán definitivamente. Pero no todos, sobre todo por los pasillos consistoriales de Gijón. Algunos, de tanto repetir que son unos fenómenos tras su inopinada llegada al poder municipal, se lo han creído y están en una alocada clave: sin Cascos incluso puede irles mejor. Hace falta una gran dosis de miopía política a la para que las gafas de ver las cosas de la 2res publica” mal graduadas. Si los de Moriyón ya tenían unas delicadas expectativas electorales, se pueden ir dando por amortizados si les falta el paraguas casquista.

La única que parece afectada por la pedrada es la caritativa cirujana. Efectivamente, la primera autoridad local, es consciente del negro futuro que se les avecina y, en vista de ello, se ha lanzado a una vorágine de entrevistas a la carta en su órgano de expresión local algo más que oficioso. Por cierto, menudo papelón el de los cantores oficiales durante estos últimos años de las bondades casquistas. Del primero al último no sabrán donde esconderse, salvo los más desahogados que se despacharán a modo de disculpa con que ellos sólo siguieron la línea editorial marcada por la superioridad: una especie de obediencia debida intelectualmente despreciable.

Hay que suponer que alguno de los integrantes del hormiguero estuviera en él de buena fe y que su consternación merezca un cierto grado de compasión, pero así son las cosas de la baja política.

Sin embargo, los diputados regionales o alcaldes y concejales del FAC no merecen sentimiento alguno de consideración frente a sus miedos de hogaño: algo traicionaron antes de meterse ahí. A otra formación política o a sí mismos tras una ambición, no en pos de un afán de cambiar las cosas a mejor.

Álvarez-Cascos Fernández está en su derecho de cortarse la coleta y nadie tiene derecho, al ver sus ambiciones frustradas, a pedirle que siga. Al fin y al cabo sólo colaboraron a fastidiar al PP por un irrefrenable deseo de venganza del prócer. Apaciguado el pronto y con un fracaso electoral en perspectiva, ¿qué otra cosa podían esperar?

No es una espantada, es el fruto de una sosegada reflexión. Y a partir de ahí, que cada palo aguante su vela. Unos cuantos se han quedado colgados de la brocha. ¿O acaso pensaban que la actividad política es un agradable lecho de rosas? Hay que tener fuerza, aguante y un cierto afán de servicio público. Ahora que a un grupo de arrimados las cosas les pintan bastos, es el momento de recomendar reflexión, sobre todo por algunas barbaridades expresadas en voz alta. Salvo Moriyón que, sin enmienda, sigue lanzando por su chirriante piquito de oro las últimas de sus melonadas.

Cae la nieve y llueven sandeces

“Cae la nieve, esta tarde no vendrás”, según nos cantaba Salvatore Adamo muy sentido el hombre. Aquí, en el pueblo este nuestro, ha caído un poco de nieve y a la primera autoridad se le ha desatado la lengua y la ha echado a pacer. Desde los pocos caracteres que permite “Twitter”, una amiga escribe como conclusión de las últimas sandeces expresadas por la caritativa y pía cirujana: “Dice Moriyón ‘Podré demostrar a los gijoneses que se puede gobernar 4 años sin robar’. No más faltaba que robaras además de no hacer nada”.

¿Pero qué asesores tiene bajo el sillón de mando edilicio esa mujer para que le hagan decir en una entrevista, amable y pelotillera, semejantes tonterías? No nos refiramos ya a cuestiones enjundiosas de ciudad como las portuarias y otras de semejante calado. Quedémonos con esta del robo, dicho así de fuerte.

Como a esta gente de Cascos le parece que antes de ellos no pasó nada ni hubo nadie, se le olvida que otros estuvieron en el ayuntamiento mandando treinta y dos años sin robar. Cuando exhibe sus cuatro haciendo lo normal, no meter mano en el cajón del pan, tal da la sensación de que les costó un trabajo tremendo y lo consideran un gran logro. Bendito sea su adanismo que la hace quedar en evidencia de forma tan palmaria.

Moriyón por primera vez se juega algo en política –mantenerse en la alcaldía– y está excesivamente nerviosa; no hace falta gozar de grandes dotes de adivino para llegar a la conclusión que, de aquí a mayo, sus salidas de tono y equivocaciones irán en aumento, dada su bisoñez y sus pocas ganas de aprender por su cuenta, salvo lo que le recomienden desde el entorno del amado líder y le aporten los poco duchos asesores que la rodean en su despachito oficial.

“Cae la nieve y mi amor de luto está”, proseguía Adamo, todo ternura, y en las televisiones se despliegan medios técnicos y se manda gente a los sitios a pasar un frío del copón para contarnos lo que todos sabemos: que en invierno las temperaturas pueden ser gélidas, en las madrugadas hiela y en los altos –a veces, también más abajo– nieva.

Por ejemplo, la noticia en Asturias no es que el tren no pase por Pajares unos cuantos días debido a las nevadas, la escandalosa noticia es que todavía en este 2015 siga ocurriendo lo mismo que en 1884. Clamar un contundente ¡ya está bien! es poco clamar. Los asuntos de las infraestructuras en Asturias nos han levantado constantes dolores de cabeza, nos han exigido realizar tremendas presiones en los centros administrativos de la villa y corte y han sufrido inveteradas demoras a las que parecemos habernos acostumbrado.

A lo que no estábamos tan acostumbrados es que desde dentro mismo de nuestra sociedad se pusieran palos en las ruedas. Salvo en un asunto portuario, el conflicto entre muselistas y apagadoristas, no se han dado divisiones de consideración en Asturias en materia de infraestructuras. Reaparece ahora, convertida en una especie de moderna apagadorista, quien sabe si animada por el amado líder de su formación, la alcaldesa Moriyón echando leña contra el fuego portuario, lo cual la convierte en una regidora inverosímil.

Aquí estamos, entre lo que se intenta que parezca noticia, que en invierno hace frío y hasta nieva, y una alcaldesa que tira piedras contra el tejado de uno de los principales intereses de su pueblo. Pareciera que los tiempos no están para barbaridades, pero ahí las tenemos. Quedémonos con Adamo: “odioso silencio inmensa tristeza / esta tarde no vendrás grito al desesperar / mas cae la nieve y a mi lado no vienes”.

Que venga el técnico

Como resultado de una de las tormentas de estos días, mi ordenador ha dicho adiós a este perro mundo. Menos mal que los datos y archivos más enjundiosos estaban a buen recaudo en otro dispositivo, susceptible, me ha dicho un experto en el asunto que también puede sufrir una desgracia con este tiempo inestable. Pero una cosa que no había tenido en cuenta a la hora de tener copias de respaldo era lo referido a la hacienda pública: con sus declaraciones varias, sus certificados digitales y demás zarandajas. Me dicen que, en estos tiempos que corren, es posible recuperar parte de esos datos a través de Internet en la propia página de la Agencia tributaria, pero que los certificados digitales hay que obtenerlos “in situ”, una pejiguera más. Cuando uno no siente la necesidad de replicar los datos fiscales es indicio del poco amor que se siente por estos temas, eso es fácilmente deducible sin asistencia de profesional de la sicología.

Probablemente tampoco necesitó ayuda sicológica el que fuera precandidato a presidir el PP de Gijón, porque no le dejaron desde la superioridad ovetense, para quitarse de en medio y no repetir la jugada, aunque su señoría el juez hubiera sentenciado repetición de la jugada, es decir del congreso local. La misma carrera que siguió quien teóricamente ganara aquel congreso, un rapaz apellidado Medina que, seguro, tampoco ha necesitado tratamiento sicológico para salir corriendo y apartarse del barullo. Ahora, mi señora doña Cherines manda al matadero a uno nuevo, Mariano Marín, que lo encontró recién llegado y procedente del FAC casquista. Nadie le arrienda la ganancia y hasta ya ha recibido la primera puya desde el grupo municipal, pues uno de sus integrantes ya ha manifestado que parece que para mandar en el Partido Popular de Gijón hay que haber pasado por Foro.

Y mientras los populares se desmigan entre ellos, los demás a lo suyo: los de IU, en su proceso autodestructivo siguen fieros, mas un poco atemperados. Los del PSOE siguen hurgando en las miserias de esta legislatura forista y, esta semana, se han encontrado con unos deplorables datos turísticos de Gijón, tan cuesta abajo que parece imposible hacerlo peor y que el pluriempleado concejal Couto achaca a cosas raras, como la ausencia del ferry y cosas de similar estilo, sin hacer ni un poco de autocrítica, que ya le vale, puesto que durante su mandato, las acciones de promoción o de animación turística han brillado por su ausencia y lo poco habido a relucido en su mediocridad. Así, no hay quien mejore las cifras y Gijón, de ir por delante, se ha colocado en el furgón de cola de Asturias. Casi todos van un poquito hacia arriba, menos Gijón que va estridentemente hacia abajo.

Los de Foro, sin Cascos, han celebrado su congreso y nombrado como lideresa orgánica a quien ya lo es institucionalmente, la ya conocida por todos caritativa y pía cirujana, que tiene a bien ejercer de máxima autoridad municipal y que tan bien ha hecho varios ridículos a costa del solarón y del plan de vías, competentemente ayudada, eso sí, en esto de ponerse a sí misma en solfa por la concejala Lucía.

Las tempestades nos dejan sin los dispositivos a los que nos hemos acostumbrado para realizar nuestro trabajo y nos sentimos como tiernos infantes, dependientes de los técnicos informáticos y electrónicos que solucionen los desperfectos. Acaban, tras unas horas y sus euros por solucionar las averías y conseguir que las cosas vuelvan a su son, a diferencia de la cosa pública que sufre sus deterioros con la coleta asomando por la rendija a la espera de algún fallo más de los actuales protagonistas de la vida municipal, lo que da a estos meses venideros su punto de intriga por saber hasta dónde es capaz de aguantar la ciudadanía que le tomen el pelo y por dónde manifestará su hartazgo o su descontento.

Lo que está claro es que para componer estas cosas del procomún, no hay técnico que nos lo arregle. Lo tendremos que hacer nosotros, según nuestro saber y entender en procura de acierto, es decir, lo tenemos peliagudo.