Folletos a tutiplén

La imaginación de Charles Dickens se empeñó, como si del departamento de marketing de una gran superficie se tratase, de cambiar la personalidad de Ebenezer Scrooge en su famoso “Cuento de Navidad” y convertirlo en un ser diferente, ablandado por el calendario, es decir, por el tiempo de Adviento o Navidad, para lo que no reparó en gastos y hasta envió al pobre personaje unos cuantos fantasmas. Es evidente que Dickens fue un escritor de éxito y que su “Christmas Carol” sentó a la población de la Gran Bretaña victoriana como un guante. De aquella, el príncipe Alberto, marido germano de la reina Victoria, andaba empeñado en trasplantar a la isla británica la costumbre continental del árbol de Navidad, cuestión que, a la vista de los resultados actuales, consiguió con notable éxito.

Mezclado entre las facturas y recibos bancarios, junto a otros prospectos con ofertas comerciales propias del tiempo, se vienen colando en nuestros buzones una serie de folletos municipales, firmados con el logo del ayuntamiento y la plagiaria “:D” –como la de “:Düsseldorf”– de la empresa municipal Divertia en donde, tras el calendario de actividades se incluye, con foto tamaño carnet y todo, un relamido y hortera escrito firmado por nuestra atrevida caritativa cirujana, a la sazón alcaldesa, y ahora metida a literata decimonónica. No se pueden condensar elementos más cursis y en menos líneas: tan ridículo que parece diseñado por un enemigo de la regidora para hacerle pasar un mal rato. Ni tan siquiera se atreverían a insertar un texto así en un anuncio de polvorones.

Pero, ¿qué importa el estilo? Lo que cuenta es el fin, que no es otro que el meramente propagandístico ya que entramos en tiempo de descuento electoral. Recordemos que, a estos efectos, prácticamente están vedadas este tipo de publicaciones, por normativa electoral, dos meses antes de la convocatoria electoral, es decir, el mes de marzo. Quizás por eso, junto al desplegable navideño, la misma plagiaria “:D” aparece como firmante de otro con la programación del teatro Jovellanos de aquí al próximo mes de junio. El concejal Couto, al frente de “su” Divertia, se da prisa y no se anda con chiquitas. De tirar la casa por la ventana con materiales de fines electorales, disfrazados de información municipal de utilidad, hagámoslo pronto y sin complejos, aunque sea a costa de que la primera autoridad tenga que aparecer como una colegiala de primaria componiendo una redacción navideña.

De las grandes superficies, de las franquicias y del pequeño comercio independiente ya nos esperamos que nos invadan los buzones con su publicidad –al fin y al cabo es prácticamente su deber–, pero, somos sinceros, no lo esperábamos tan pronto, con tal abundancia y tamaña desvergonzada desenvoltura del ayuntamiento del FAC. Pero ellas y ellos son así: gestión escasísima, mas propaganda populista abundante.

Saben que, de hecho, están ya en tiempo de descuento y con el marcador en contra, de ahí las decisiones y actuaciones a la desesperada. El otro día, sin ir más lejos, sus propios compañeros de bancada dejaron en ridículo a su concejal de Hacienda, Alejandro Roces, al votar en un tercer cambio de criterio, junto con el resto de los grupos municipales, el prorrogar por un tercer año la auditoría de las empresas municipales a la firma que lo vino haciendo los dos ejercicios anteriores. El pobre Roces lo había intentado dar a otros, como la cosa se le puso fea en las correspondientes juntas generales, los foristas en un cambio de criterio decidieron fraccionar los encargos de auditoría por empresas a diferentes despachos y, por fin, a última hora e instancia, decidir la prórroga a los de siempre. Tres propuestas para una sola resolución. Les pinta al pelo: sin mayoría puedes mandar cursilerías navideñas a la ciudadanía, pero no puedes ni nombrar a tu antojo y sin encomendarte ni a dios ni al diablo o negociar con los grupos ni una miserable firma auditora. Así van los tiempos y así de flojitos son nuestros actuales fantasmas, Mr. Scrooge.

Deja un comentario