Expo a la violeta

Se cae acantilado abajo un pedacito del Regatas, lo que significa que la naturaleza, siempre feroz, no respeta nada, ni los símbolos inmarcesibles del Gijón del alma, versión alto copete, o lo que queda. Se publican las encuestas y, en el caso de nuestra mismidad o, quién sabe, ensimismamiento, no es posible aventurar extrapolación alguna porque el FAC casqueroso –¿o era casquista?– no sale en los sondeos nacionales y, sin embargo, en nuestro pueblo tiene cierto predicamento: es como cuando a la ministra portavoz aquella le dio la risa en noche electoral al leer los resultados de una formación canaria llamada Asamblea Majorera, y eso que la isla de Fuerteventura tiene sus especificidades como sus ricos quesos de cabra y sus bonitos perros de pastor específicos de aquella tierra volcánica y, en términos de la Europa unida, ultraperiférica.

Aquí, en nuestro pueblo, a pesar de estar caídos –un poco ladeados– en pleno continente, nos ha dado por comportarnos también como ultraperiféricos, veamos sino a ese grupo rebelde de concejales del PP que no reconocen la autoridad de su nueva y flamante Junta Directiva Local; o a esa caritativa cirujana, a la sazón alcaldesa, que organiza a mayor gloria de su amado líder, a pesar de negar esto último, una exposición de Melquíades Álvarez que le tumba el patronato de la Fundación de Cultura y que la obligará a pasarla por el pleno y retratarse, una vez más con un expediente realizado a la trágala y de forma zarrapastrosa.

La excusa para la apresurada exposición melquiadista es que se había “caído” otra, prevista para las mismas fechas, de la Fundación Cristina Masaveu. La cosa tiene su gracia, porque una de las integrantes del patronato preguntó a la dirección de la FMC por la documentación sobre la renuncia de la tal fundación a la exposición prevista y fueron incapaces de aportar documentación alguna en tal sentido; es decir, la caritativa, bajo la influencia casquera, levanta una expo a Masaveu para colocar la de Melquíades a mayor gloria del prócer del FAC. ¿Irán luego a pedir ayudas para sus campañitas y sus cositas al grupo empresarial? Tendría su punto de curiosidad morbosa el comprobar el resultado de la actividad petitoria y ver cómo terminaría esta fiesta de la banderita forista por el entorno cementero.

Por el dichoso plan de vías y el túnel sin uso –inventos de Cascos, como la expo de Melquíades Álvarez– no termina la ministra Pastor y todos sus técnicos de Fomento, el Adif y resto de intemerata ministerial, a lo que hay que añadir el maltrato de Puertos del Estado con el Musel. Es como si se hubieran heredado en el tal departamento del gobierno las malas formas inveteradas del ahora ingeniero forista y antes popular: no nos ha tocado ni un pobre subsecretario que vele por nuestro interés, que todo cuenta a la hora de conseguir apoyos, desde los generales hasta los sargentos.

Son días de encuestas tremendas y, entre nosotros, no son de extrañar algunos desplomes: tal es el maltrato objetivo infligido. Sería una triste paradoja que la bajada del PP, conseguida a pulso desde el gobierno central, desde la dirección regional y desde el caos local, permitiese que se fuese de rositas la formación cuyo líder más daño objetivo ha hecho a Asturias, y en especial a Gijón, con su afán de acapararlo todo sin conseguir nada. Porque somos una rara esquina del territorio español donde la derecha está partida y en donde ninguna de las dos partes ha conseguido nada bueno para la ciudadanía: unos porque no están en condiciones de hacer nada y los otros, como es el caso gijonés, porque no saben, no pueden o, muchísimo peor, no quieren, dado su atrabiliario odio a todo lo que, no ya sea ocurrencia suya, sino que tenga algún viso de proceder de la izquierda progresista.

Y es así que llegamos al momento actual donde queremos compararnos con lo que sea y planteamos a lo loco hasta una exposición de Melquíades Álvarez a mayor gloria de un prócer que está para no exhibirse mucho de tanto como tiene a sus espaldas y que cualquier día de estos quedará expuesto a la opinión pública como otras miserias se nos han ido mostrando para general espanto.