El pasado fin de semana, la radio y la tele se pusieron imposibles: el sábado, la Copa de Europa de fútbol y el domingo el recopón de las elecciones europeas. El fútbol se lo quedó el Real Madrid y las elecciones se las quedaron en Francia y Dinamarca los ultras, en el Reino Unido unos que no quieren bien a la UE, en Alemania la Merkel y en nuestro país hubo para todos los gustos, menos para el PP y el PSOE, que sufrieron, com0o es archisabido ya, unos bajonazos tremendos.
¿Y entre nosotros, por lo más cercano? Pues hemos sido un poco diferentes a la mayoría del país, tanto en el pueblo como en la provincia, ganó el PSOE –como en Andalucía y Extremadura–, pero dejándose muchos pelos en la gatera. El principal fenómeno, entre nosotros, no es ya la aparición en escena de la recién aparecida formación Podemos, que eso fue una vulgaridad ya que ocurrió en toda España. Lo más significativo por aquí es la fulminación del FAC casquista y la recuperación como segunda fuerza política del PP. Si, cierto, también por debajo de cualquier expectativa razonable, pero en el sitio esperable dentro de la clasificación general.
A ver ahora si a la gentil y caritativa cirujana, a la sazón alcaidesa de nuestro pueblo y sus chicas y chicos del gobierno municipal se les rebaja la chulería. No es cosa fácil que suceda esto, porque ya ni siendo la formación con más concejales o votos obtenidos han venido actuando como los verdaderos señoritos del cortijo. No. Para que baje el ominoso nivel de chulería del FAC local lo que hace falta es que se vengan arriba los del PP, que se den cuenta de en dónde estuvo su punto flaco en esta nuestra humilde localidad.
¿Y por la parte de los de IU? Pues parece que ilusionadísimos y en trance de fabricar cuentos de la lechera a todo trapo y soñar con espurias coaliciones con, por ejemplo, los recién aparecidos de Podemos en un ejercicio extraño de extrapolación electoral: el caso es el escapar de la realidad y no contener los deseos de obtener el mando: felices quienes no pierden la ilusión.
Por el lado de los socialistas, aun habiendo obtenido el primer lugar en la lista local de los votados no ha mucho lugar para la satisfacción. Han mantenido la posición, sí, pero a cambio de una tremenda pérdida de votos. Les queda mucha tarea por delante para recuperar la confianza de la ciudadanía. Y esa tarea no depende del todo de los responsables del PSOE local o regional.
Rubalcaba se retira de escena y convoca congreso de aquí a menos de dos meses. Así que esa recuperación de la confianza dependerá también de cómo le vayan las cosas a las siglas en su conjunto, ya que al haber sido tan considerable la pérdida de votos –y hablamos de porcentajes para que el alto índice de abstención no nos confunda demasiado–, todos los factores cuentan y son cruciales. Y, por cierto, este mismo argumento es válido para los populares.
La foto fija del acto electoral del domingo deja ver que España es mayoritariamente de izquierdas y que la izquierda está muy dividida. No es el momento histórico ni razonablemente imaginable para las nostalgias frente populistas. Más bien se trata de que la formación que durante tantos años lideró la izquierda en nuestro país recupere la capacidad de sintonizar con los anhelos de la mayoría de la gente que, sin duda, coincide con quienes lo están pasando mal. Hay un sitio en Europa donde alguien parece haberlo entendido: los del Partido Democrático del joven primer ministro Matteo Renzi. Habrá que fijarse en su discurso, en sus formas de gobierno y en cómo ha logrado conseguir el fomento de la ilusión del electorado. Tal parece que ése es el camino y no precisamente pensando en cuestiones internas para convocar antes un congreso y después unas primarias, por si acaso, con lo bonito que es en una formación política que cada militante sea un voto, en lugar de los alambicados e impropios del tiempo métodos indirectos del pasado.